martes, 5 de mayo de 2009

Cielo morado…
Esculpiendo la dispersión de mis ideas…
Postergando la sazón de los romances,
Esos cuerpos dudosos,
De acuíferos triángulos espirales,
De lentitud,
De rapidez,
De velocidad mortificada…
Letras inconsistentes que hablan…
Y tu ahí sentada,
De pie,
Recostada,
En movimiento [en reposo cerca de alguna neurona adueñándote de algún recuerdo]
Y dividí los veleros,
En contacto con estrellas de papel…
Y entonces…
Entonces…
Solo entonces…
Simplemente nada…

esta madrugada...

El mañana existe en los acordeones de los seres humanos inestables…
La presencia ilusoria de tu cuerpo junto al mío,
Enfrente de mis ojos,(los cuales suelen mentirme)
Me reducen a la calidad dudable de mi cordura,
Hecha añicos por tu sonrisa habitual y rutinaria,
Esa que ilumina las cualidades creativas de mi cerebro,
Esa que brevemente atormenta mis recuerdos (innecesarios, redundantes, tormentosos, nostálgicos)
Parece que aquello que acompaña mis caminatas,
Flota sin rumbo,
Advierto que puedo querer, quererte…
Tal vez te quiero, sin querer,
O sin querer te quiero,
O simplemente quiero poder quererte como se que me quieres,
Te quiero…