lunes, 28 de junio de 2010

Me he quedado con algo de Marte en mis manos.
Evidencia de mi estancia en el cuarto obscuro
donde se escuchan los ríos de color blanquecino.

Desnuda la ropa,
el cuerpo vestido.
Movimientos cadenciosos
musculares
sensuales
y el trino de la estrella lunar
converge con el espacio
inanimado de la cápsula.

El silencio encapsulado en sonidos.
tú respiración a dueto con mi oreja
en guerra con mi cuello.